Reconozco que en esta prueba de las MotoGP en exclusiva para MOTOCICLISMO, tenía muchas ganas de probar la GP 5. No sólo porque es una moto «distinta» a las japonesas, sino porque la Ducati tiene fama de indomable y de superpotente… La verdad es que, aunque hace las cosas a su manera, está a un gran nivel. Y me ha parecido una moto ganadora.
Además del prestigio de la marca, de sus dos victorias de este año, de su estampa bella y agresiva, de su rojo intenso que me recuerda a los Ferrari… y de su estrepitoso y aullante sonido, reconozco que tenía otro buen motivo para subirme con muchas ganas a esta Ducati GP5. Mi amigo Sete me llamó la noche antes de la prueba —y tenía tres llamadas perdidas suyas durante la misma mañana— para preguntarme mis impresiones sobre la que va a ser su próxima moto para 2006. No deja de ser curioso que yo la pruebe antes que él… Así que lo primero que voy a hacer en cuanto le vea será despejarle, si es que las tiene aún, las posibles dudas acerca de si ha hecho lo correcto firmando por Ducati…
Aun no he comprado la “motociclismo” esta semana, pero la semana pasada probaba la M1 y el reportaje era bastante interesante.
Ya tengo ganas de leer lo que dice Crivi de la Duca…
Y yo también pienso que lo haría mejor que Sete, creo que tiene mucha más calidad pilotando. Pero , edad e inactivadad a parte, creo que llegó a un acuerdo con Honda para no volver a competir a cambio de que le dejarán comprar la NSR con la que fué campeón (estos de Honda son un poco capullos).
Crivillé siempre me ha caido bién, pero Sete, de mi, lo único que se ha ganado a pulso es mi antipatía, ya que antes me caía bién, pero desde este año no le puedo ni ver…