Acabo de llegar de Valladolid, del circuito FK1. Un compañero de curro que hace Supermotard me ha invitado a venir y probar que tal en el circuito. Pero empiezo desde el principio…la noche antes. Ayer. Joder que nervios, como un niño la noche de reyes. A las 23:00 estaba en la cama, pero no dormia (maldormia) hasta la 1:00 de la mañana. A las 7:00 en pie: desayuno, sacar a los perretes, ducha…y al punto de encuentro. Subimos las motos al carro, y rumbo Valladolid!!
De camino, más nervioso aún, aunque no lo mostraba, debe parecer que se lo que me hago (estaba perdidísimo…) y en mi cabeza todo el rato: “Adri, no te emociones…Adri, no te emociones…ve tranquilo, lo importante es que la moto no toque el suelo…”. Yo tengo un problema, y es que en cuanto monto en algo con ruedas y/o con motor hay un chip en mi cabeza que se cruza, no atiende a razones y me aislo del mundo. Siempre que no sea diesel, claro. Me emociono, me confio, empiezo a sudar adrenalina…y es un no parar. De pequeño me pasaba con los patines, luego el monopatín. Más tarde la bici, el coche…y ahora la moto.
A lo que iba, que no quería besar suelo. Llegamos, bajamos las motos y empezamos a prepararnos. Mientras tanto, observo a mi alrededor: la mayoria con supermotard a un ritmo endiablado, un par de R’s y niños con supermotard que parecen misiles tierra-tierra. Alucinante. No iba a saber donde meterme. Así que haciendo caso al consejo que me dio mi compi (el ya tiene experiencia rodando): que vaya a lo mio. Si esta gente es tan rápida y buena, tambien lo es para saber adelantarme.
Dicho y hecho, empieza nuestra tanda. Joder, casi no sabia ni soltar el embrague. Primera curva, despacito para calentar gomas. Segunda curva, tercera…al acabar la vuelta ya empiezo a intentar rodar alegre (alegre para mí, para el resto modo tortuga: on). Me meto bien en una curva a izquierdas y…ggggggggggggggg…rodilla y estribera rozando el suelo. Que facilidad tiene esta jodida moto para tumbar, la virgen!!! Eso sí, tengo que descolgarme más, no puedo rozar los estribos. Sigo dándole caña, suavecito, intentado trazar (eso creía) y rozando ambas rodillas contra el suelo, y por desgracia, el estribo derecho tambien. Me cuesta mucho descolgarme de ese lado, voy super tenso. El izquierdo muy suave, pero el derecho…cuesta. A todo esto, ya me han pasado varias veces todos. Que lástima debo de dar. Fin de la primera tanda, y flipándolo. Esta moto hace que todo sea fácil.
Segunda tanda: mi compi me dice que vaya a su rueda. Así hago un par de vueltas y empiezo a coger la trazada buena y buenas referencias. Él de paseo, yo sudando la gota gorda. Ya me descuelgo con soltura a ambos lados. Es un circuito un poco lento, curvas de segunda y alguna rápida de tercera a fondo. En recta llego a meter cuarta. Empiezo a apurar las frenadas, me ayudo del freno motor y deslizo el culo de la moto dulcemente. Una pasada. Que fácil es de controlar. Tán fácil que me empiezo a preocuparme por un exceso de confianza. El suelo se veia venir. Finalmente, termina la tanda sin incidentes.
Antes de la tercera, hablando con los que saben, me comentan que trazo como con los coches: me abro mucho antes de entrar en la curva y me abro mucho al salir (con el coche he entrado alguna que otra vez a circuito). De nuevo, me ayudan y me insisten en que intente tirarme al vértice antes. Ya en la tercera tanda, les sigo con más empeño e intento hacer lo que me han dicho. Sin duda mucho mejor: el paso por curva más rápido, más seguro, entro más tarde y salgo antes. Obviamente, me costaba conseguir la trazada buena, pero cuando me acercaba, se notaba que todo fluía mejor. Cada vez voy más cómodo, tanto a derechas como izqueirdas. De nuevo, me sorprende lo fácil que es descolgarse y tumbar en esta moto, y tocar rodilla. Eso sí, he visto un problema muy, muy grande (se nota que no es la 1100): lo estribos van muy bajos. Tanto es así, que era muy fácil rozarlos en el suelo y cuando me descolgaba para evitarlo, el pie que está en el exterior de la curva, a veces, perdía el contacto con el estribo, con el consiguiente “sustito”.
Para la cuarta y última tanda, mi compañero me insiste en que la haga con su supermotard: Suzuki RMZ 450 SM, esta unidad fue subcampeona de España, es decir pata negra. Creo que sobran las palabras. Ya no lo que corre, que corre. Ni lo que frena, que frena. Es como entra en las curvas. Madre del amor hermoso, que facilidad, que brutalidad. Tan bien iba que, conociendola de solo 2 vueltas, pude medio seguir el ritmo de algunas SM que estaban por alli durante media vuelta. Luego decidí calmarme y salirme, que no era mi moto y no quería encima tener un susto. Te lleva a ras de suelo esa moto, es ALUCINANTE. Si bien, en cuanto vas un poco rápido pierdes la dirección, en curvas lentas es…BRUTAL.
Así que finalmente, todo ha salido perfecto. La Hypermotard se ha comportado de maravilla, una pasada. Todos los “problemas” que tienen en el día a día, aquí son ventajas. Podía bajar marchas y deslizar la rueda trasera como si fuese una bici, frena de miedo y gira realmente bien. Lo único malo (muy malo, a mi modo de ver), las estriberas. Son muy, muy bajas. Y aún trazando bien, son un problema.
Resumen: lo recomiendo a todo el mundo. Adquieres una unión con tu moto, una confianza…y aparte, el subidón. Eso sí, siempre con cabeza!!
PD.: Siento no poner fotos ni videos, pero me deje en casa el soporte de la GoPro…me cago en la leche.
ya tienes el veneno en el cuerpo.