¡Yaaaa!,ya estoy en casa.
No sé por cual empezar si por el frio que he pasado o por la sensación tan extraña que se siente desde el segundo piso de una 749 (extraña para alguien que está acostumbrado a conducir medio metro más abajo).
De todas formas la experiencia ha sido increible,Jorge tiene un control sobre la moto que te da mucha confianza y así te puedes dedicar solo a disfrutar de la ruta.
Hemos quedado con Ramón en la gasolinera de Tordesillas y cuando ya no esperábamos a nadie aparecen “los triunfhitos” Grillín y Rosa.Solo se han quedado a tomar un cafetito pero ha sido genial volver a saludarles.
Desde allí hemos salido en dirección a Portillo con Ramón haciendo de “guía nativo” por las carreteras de curvas suaves de mi querida Castilla cerealista.Ya en Portillo nos hemos tomado una cervezita en la iglesia (así son en Portillo).
Preparándonos para la vuelta hemos estado buscando nidos con la luz de la Monster de Ramón e iniciamos la vuelta a casa ya de noche.Como con las luces de la 749 Jorge veía menos que un gato de escayola,Manumulti y su primo (perdona,no recuerdo tu nombre,es el Alzeimer) tomaron el mando de la expedición y con la ayuda del GPS que Manu tiene en el cerebro nos hemos puesto en Salamanca sin ningún contratiempo,bueno quizá uno,que hacia uno o ningún grado,y es que esa información que te dan las Ducatis modernas hay veces que es mejor no saber.
No sabeis como he hechado de menos a mi preciosa SS e incluso a las hipotéticas Multistrada o ST,no porque fuese mal con Jorge,todo lo contrario,pero no es lo mismo .
Nos vemos el 13 N.