No he encontrado un apartado en el que presentarme, pero eso no tiene nada de particular, porque soy un auténtico topo navegando por los laberintos digitales. Si es que lo hay uno y no lo he visto, os ruego me disculpéis, y me pongo a disposición de ese rincón para dejar en él mi particular currículum motorista.
La cuestión es que me dedico al periodismo de la moto, y, llevando a cabo un trabajo, precisamente, con una Ducati, viví un episodio que no me dejó otro remedio que escribir el relato sobre él que me ha traído hasta vosotros, y que ahora dejo en este post para compartirlo con todo aquel que le apetezca dedicar 6,5 minutos (es el tiempo medio que han tardado los que ya lo han leído) a la literatura de la moto, esperando que esta última afirmación no le resulte demasiado pretenciosa.
Os dejo con este personaje que me dejó mucho más desconcertado aun de lo que ya me tenía la propia ruta.
Hola moriwoki, bienvenido a este foro, tus relatos serán leídos con interés.
No se llamaría Burt Munro este motard recóndito, que a vuelto para repetir hazañas,
ahora con Ducati, je, je…
He vuelto de cenar con unos amigos y he contestado una llamada de un amigo guzista
de Madrid, que me a invitado a una copa de whisky Langavulin 16 años, el a tomado su botella y yo la mía y hemos brindado a 600 km de distancia, como solemos hacer desde hace 10 años, a veces en directo. Por eso leo y escribo a esas horas de la madrugada.
Tu “intrigante” articulo a llamado mi atención y he pasado un buen rato, aunque tendrías
que aportar mas datos sobre el, o te pidió que no lo hicieras?
Muchas gracias.
Es toda una satisfacción saber que esta lectura te ha hecho pasar un rato agradable.
Si me conocieses, tal vez mis palabras tendrían para ti algo de credibilidad, pero me temo que, no siendo así, va a ser difícil. La verdad, te doy mi palabra (es lo más que puedo hacer) es que estaba tan aturdido, perdido en la ruta, y me quedé tan desconcertado al descubrir todo lo que guardaba aquel personaje, que no reaccioné. No anoté el lugar exacto en el que estaba, o cómo se llamaba la gasolinera, no tomé ni una sola foto y tampoco fui capaz de dejarle una tarjeta mía.
Estupendo relato moriwoki, únicamente me quedo con las ganas de haber visto tu cara una vez pasabais de un sitio a otro, cada vez más interesante.
Gracias por compartirlo.
Es triste como nos dejamos llevar por las apariencias y está bien que de vez en cuando la vida nos de una colleja y nos haga traspasar la fachada de las personas.
Muchas gracias por compartirlo y enhorabuena por escribir tan bien, un gustazo leerte.
Prejuicios, benditos prejuicios. Cada día están mejor vistos por la sociedad.
Y sin lugar a dudas éste relato en forma de paradoja los deja en evidencia.
Hace años un cliente estuvo ocho meses dando vueltas para comprarse una moto, una GSR600 de las primeras “black”.
El tipo era una mezcla de Kevin Schwantz y Ricky Carmichael. Vestía siempre unos vaqueros una o dos tallas más grandes que la suya; zapatos negros gastados, aunque siempre lustrados; y abrochaba sus camisas hasta el último botón, como suelen hacer los asesinos seriales.
Semana tras semana deambulaba por las tiendas viendo motos para saber cual sería la suya, la que estrenaría viajando al GGPP de Cheste de 2008. Cada dos o tres semanas volvía a verme, a preguntarme las mismas cosas.
Cuando llegó ése sábado con la decisión tomada y el dinero en el bolsillo me preguntó: - ¿sabes por qué te la compro a ti?
Me habré encogido de hombros y negado con la cabeza porque se apresuró a responder: - en éstos últimos ocho meses has sido el único que me ha escuchado. El único que creyó que yo podría comprar ésta moto.
Desde entonces siempre digo que si Ricky Carmichael y Kevin Schwantz entrasen un sábado por la mañana a una tienda con la intención de comprar una moto, muy probablemente los atendiesen con la misma soberbia y altanería de la que muchos se quejan en éste Foro.
Muy buena tu historia, [member=26198]moriwoki[/member]