Uys ! ma bia equivocao de post
Tercera parte
…Tras la celebración y la jarana partí a recoger mi humilde montura en una majestuosa carreta centroeuropea descubierta como las que utilizan los bárbaros de rubios cabellos para conquistar territorios al sur. Encontré a mi cabalgadura mansa, decaida, traicionada por su señor, pero respondió con fuerza y al espolearla saltó hacia delante con rabia. Escoltado por el bravo jinete don Josito del ducado y seguido de cerca por el caruaje bávaro partimos de regreso al ágora de la muchedumbre, que nos recibió de nuevo como héroes.
Fuimos abrazados por el dueño de la bestia y su escudero, una especie de Sancho panza sucio y rastrero pero que me agasajó y me dió de beber hasta calmar mi sed.
En un momento de la celebración un escalofrío recorrió mi espalda, instintivamente me acerqué a la bestia y le pasé la mano por el lomo, muy despacio, miré al horizonte, tras las hordas gallardónicas y en ese momento todo se paralizó, me encontré mirando a los dioses cara a cara y adiviné una ligera sonrisa en su rostro, me habían sido propicios y me hicieron comprender que para dominar un animal no debes golpearlo ni maltratarlo, tan solo mantener las manos firmes, demostrarle que éres el más fuerte y no temblar el pulso ni errar en la dirección de la mirada.
El caballero Juancho de la Alkarria se dirigío a su montura y la encontró domada y presta a sus órdenes y retornó salvajemente arrastrando una estela de fuego hasta sus dominios donde le esperaba su bella esposa.
…continuará