Salí a las 8 y poco de Lleida, en un tren que, qué raro, salió con
retraso, con lo que mi carrera hasta la estación (llamé para pedir un
taxi y aun espero que me atiendan) no era necesaria.
A las 12, transbordo mediante, aparecía en Valencia-city.
Como tengo tiempo voy a pata, por la Av. Colón, en plan turista con el
casco atado a la bandolera y la chaqueta en el otro brazo, la cámara
de afotos en la mano y no se si me sobraban manos para algo más.
Sigo caminando y sin querer, porque ni sabía donde estaba, me
encuentro con el estadio de Mestalla. Que me perdonen los orxatas,
pero…qué feo y viejo se ve por fuera, pardiez!
Harto ya de pulular sin rumbo le pregunto a un joven cartero por como
llegar a la dirección del restaurante. Me responde que no es su zona y
no sabe-no contesta. Ole el servicio de Correos!
Entro en un estanco donde ya me indican correctamente.
Después de esperar un ratejo en una terraza cercana, me encuentro con
el vendedor, y poco después llega mi tío que vino en su amoto desde
Lleida.
Tras un ligero ágape compuesto de aros de cebolla, un costillar a la
miel y una cookie tamaño king-size, salimos rodando (casi
literalmente) hacia el garaje a la que iba a ser mi “negrita”.
Explicaciones sobre el mantenimiento, entrega de documentos, copias de
llaves, etc, pago y hale, a perdernos antes de salir de Valencia. 
Dimos un par de vueltas por una vía paralela a la autovía intentando
encontrar un acceso “legal” a ella. Viendo que no había manera, vuelta
al núcleo urbano y, ahora sí, a leer carteles y hacerles caso, jeje.
Una vez en autovía, y constatando que el uso urbano le provoca fiebre
a la Monster (marcaba más de 100º!) le metí un pelín de gas, no mucho,
hasta 150km/h y me lo agradeció a la vez que la temperatura bajaba
hasta unos 78º en menos que canta un gallo.
Paramos poco antes de Castellón, en Onda, a repostar sin mayor
novedad. Aún me estaba acostumbrando (de hecho creo que tardaré unos
días) a la postura de conducción, a la cual tampoco ayuda no llevar
protección aerodinámica. En algunos tramos paralelos al mar, pese a no
ser muy fuerte, el viento me hacía ir dando tumbos! Aunque sólo cuando
pasaba de 130 aprox.
Nueva parada en Ulldecona, donde vi, con gran estupor, que se había
rajado por dentro el cristal del faro! Putas piedras! Ni me di cuenta
mientras circulaba. Sí había notado algún impacto en una pierna y
mano, pero entre mosquitos y “chinas” no le das mayor importancia.
Cagontó!
En la estación de servicio conocimos a una checa la mar de maja (taba
güena!) que me quitó un poco de mala leche (no malpenséis que sus
conozco).
Luego ya dirección Mora la Nova (creo que se llama así), y hasta
casita.
He de reconocer que la ruta no se me hizo pesada, salvo por el daño en
las palmas de las manos, hombros, cervicales, trasero, piernas… :-p
y que en las curvas con pendiente hacia abajo no voy del todo cómodo y
tiendo a aflojar bastante para trazarlas. El resto más o menos bien. Y
también descubrí que en curvas “ratoneras” se desenvuelve la bicha
como pez en el agua! Que gozada!!!
Ahi van unas afotos:
http://img79.imageshack.us/my.php?image=dsc05348ei2.jpg
http://img400.imageshack.us/my.php?image=dsc05350fu9.jpg
http://img392.imageshack.us/my.php?image=dsc05349kq0.jpg
Y de regalo, una turística de Valencia:
http://img391.imageshack.us/my.php?image=dsc05326ow0.jpg
t’esperem :crazy2: