Después de unos cuantos años montando en moto y varias tentativas, he caído en la “garras de Ducati” gracias a una de mis hijas. Proviniendo de una Gs que vendí hace muy poco, y por problemas en los que había perdido incluso la ilusión…surge una de mis hijas y me propone comprar “algo que había visto por internet”. No lo dudé y le hice caso. Desde ayer soy el sonriente propietario de una Scrambler Icon, vehículo que utilizaré a diario. Gracias Marta.