Bueno, pues lo prometido es deuda… Aquí va una pequeña crónica de lo que fue mi estancia por la península, en concreto Alicante y Valencia, pero sobre todo, Cheste y su maravilloso circuito. Me centro en la parte que a todos nos interesó de este fin de semana…
A las cinco y media de la mañana en planta, para coger el coche, y salir en dirección a Valencia, por la autopista de peaje. Gracias que el coche que me prestaron era bueno, en menos de dos horas ya estábamos allí (eso sí, yendo por la derecha, porque casi todo el mundo iba más rápido que nosotros). Muy pocas motos por el camino, por no decir ninguna.
Llegada a Valencia a las ocho, más o menos. En un bar de mala muerte (mi niña decía que en la mesa de al lado dos prostitutas estaban negociando con dos señores ya maduritos) nos clavan casi mil quinientas de las antiguas pesetas por dos bocatas de tortilla y dos cafés. Cuando salimos del coche, un reloj-termómetro nos hiela: siete grados. Y pensar que en mi isla venía de estar a 24º…
A unos dos o tres kilómetros del circuito comenzó el atasco. Pero, pese a la cantidad de gente, había cierta fluidez, nunca estuvimos parados por completo más de un minuto. Por el carril derecho, infinidad de motos, contínuamente adelantándonos, además de por el arcén. La primera Ducati que ví, una ST2 roja. Tras ella, un par de XX8, alguna que otra Monster, y unas cuantas Multis. XX9 no ví hasta que aparcamos el coche, en medio de una explanada MUY polvorienta.
Por el camino hacia el circuito ya alucinaba. Miles de motos, en los aparcamientos enormes, que se llenaron hasta los topes. Igual se me va la pinza, pero allí podrían haber decenas de miles. Más Ducatis, una Monster Matrix, otra Monster Dark con funda de cuero en el depósito, un par de XX8 extranjeras, unas pocas SS rojas, y unas cuantas monster más (menos de las que me esperaba).
En cuanto a las carreras, la de 125 entretenidísima (y algo accidentada), 250 fue muy interesante también, y MotoGP… aburrida en cuanto las posiciones se fijaron, desde que Rossi pasó a Checa y éste no pudo devolverle el adelantamiento, fue un rollo.
El ambiente, para flipar. Ví gente que se llevó el pan, el jamón, un frasco de tomate natural triturado, y se preparó un bocata que me dejó alucinando. Muy buen rollo en toda la grada, mucho cachondeo y ganas de divertirse. Muy pocos Ducatistas en la grada Azul, apenas dos apoyados en la barandilla, y poco más. Rossistas a mogollón, y pesimistas con respecto a Sete, también.
Y en fin, lo peor de todo fue la hora y media para salir del aparcamiento; hubo mucho contraste entre la entrada (muy bien organizada) y la salida (algo desbordados, pero claro, 125.000 personas no se sacan así como así de un circuito).
En definitiva, una experiencia inolvidable. Con un poco de suerte, el año que viene repito, no sé si en Valencia, Barcelona o Jerez. Ya veremos, Dios dirá.
P.D.: Las fotos, en cuanto las reduzca un poco de tamaño, en este mismo hilo.