Acabo de leer en La Repubblica, y aquí traslado. Espero que la traducción sea correcta (es que soy un ‘espaguetis’…). Un comentario: esto se parece más a Salsa Rosa que a carreras de motos…
SEPANG – La otra noche el restaurante “Pasta and mee” ha sido el marco del último feroz divorcio del moto mundial. Fausto Gresini, ex piloto y manager del equipo Honda más eficaz de MotoGp , se ha levantado de la mesa, ha saludado sus compañeros y no ha ni mirado a Sete Gibernau: su primer pilota estaba sentado en la mesa de al lado, con la guapa Esther Cañadas. Las ultimas declaraciones de los dos, recogidas entre la tercera planta y la sauna, acababan de sellar el final di una temporada feroz para el piloto catalán.
“Gresini es un team manager sin personalidad”, dijo Gibernau antes de fallar la prueba malaya con la quinta caída del año, “con Honda nunca da la cara y este año nunca ha conseguido respaldarme como primer piloto, como el responsable del desarrollo a pesar de que yo solo he sido a la altura de Valentino Rossi en las últimas dos temporadas”. Gresini replicaba: “Gibernau es un presumido, convencido de haber venido a traernos su clase, su carisma, su guía en este equipo. Debería acordarse que antes de llegar aquí era un piloto que le costaba llegar entre los primeros diez”.
Divorcio con “hostias” a completar una temporada en que Gibernau ha sido destrozado sicológicamente por el déspota Rossi, desde el choque en Jerez de la Frontera y prosiguiendo con las declaraciones a los periódicos: “Gibernau es un piloto al final de carrera, que cuando se ha metido en la cabeza de ser mejor que yo se ha desplomado”.
En las palabras venenosas de Valentino hay bastante verdad y en la gestión de Sete como profesional ha habido una retahíla de errores. El piloto heredero de la familia Bultò (las motos Bultaco) ha perdido un manager experto como Leo De Graffenried y ha adjudicado negociaciones y búsqueda de patrocinadores a la hermana Cristina y a un primo. Hoy Sete busca un contrato con Ducati, y probablemente lo tendrá.
Pero, con cada día que pasa y por cada nueva caída que lo perjudica en su clasificación, sus peticiones van bajando: desde los 7 millones pedidos en un primer momento, ha bajado a 5,5 - cifra che Ducati le había ofrecido el año pasado – y luego a 3, lo mismo que a Capirossi. Si no cierra las negociaciones, Gibernau podría llegar a ser un piloto Ducati a precios de rebajas. Por ahora la empresa boloñesa ha echado al otro español, Carlos Checa. Sin piedad, ha sido notificado nada mas terminar la carrera de Sepang, a pesar de llegar tercero. Checa quisiera una Suzuki, pero también ha hablado con el manager del segundo equipo Ducati, Luis D’Antin. Podría quedar sin moto.
Valentino Rossi lo tiene ya arreglado desde el mes pasado: un año más con Yamaha por 10 millones de euros. Su compañero Colin Edwards será reconfirmado, aunque no está claro todavía en que posición. Massimiliano Biaggi, como no, está liado con su nuevo contrato. Parece difícil que pueda quedarse en el equipo oficial Honda, la dirección de HRC quisiera un recambio generacional y entonces han confiado (con un limite de tiempo) en el americano Hayden - una sola victoria en tres años - dedicando recursos y desarrollo a Daniel Pedrosa, la pequeña estrella del motociclismo mundial. La llegada del fuera de serie de 250 está empujando Biaggi hacia una vuelta al team de Sito Pons, pero con el piloto romano las cosas nunca son sencillas.
Después de haber aceptado una fuerte reducción de sueldo en el 2005 – hay un precio que pagar para tener la mejor Honda, y él la tuvo -, Biaggi ha pedido a Pons una subida del 40%. Propuesta rechazada con pérdidas: el tacañísimo Sito, fuerte piloto de los años Ochenta, ha presentado un plan de reducción de costes, sobre todo de sueldos. Biaggi ha tomado la contraoferta como un insulto y, gracias a una relación personal con el presidente de Camel, gran patrocinador del team, se ha quejado. Camel ha acusado a Pons de una gestión del dinero alegre y ha intentado patrocinar el equipo Gresini: Honda se opuso. Entonces Camel ha considerado la posibilidad de cambiar empresa de referencia y pasar a Suzuki: moto inferior y gastos mucho mas reducidos, justo en una fase en que las tabacaleras están teniendo más dificultades en aparecer en los circuitos europeos. Todo está por determinar. El futuro de Biaggi está en dos posibilidades: o un sueldo alto con Suzuki, con la posibilidad de no ganar ni una carrera de aquí a la jubilación, o una temporada tensa y con un sueldo bajo con la Honda de Sito Pons. En Qatar el gran jefe Honda, Seguru Kanazawa, aclarará las dudas.
Pons además, ha hacho enfadar a Alex Barros también, el piloto más veterano del moto mundial: le ha reconfirmado bajándole el sueldo. Barros está evaluando la posibilidad de dejar las motos. Sin embargo, Pons no ha confirmado a Troy Bayliss: este volverá a Superbike.
Fausto Gresini, perdida Telefónica, ha conseguido atraer a Fortuna. En Qatar renovará el contrato de Marco Melandri y probablemente hospedará a Toni Elias, ligado al nuevo patrocinador.
El musculoso Franco Battaini va hacía Superbike, la Wcm Blata podría no estar en MotoGp el año que viene. El segundo equipo Ducati debería confirmar Roberto Rolfo - pero D’Antin esta enfadado porque el piloto ha hablado ya con muchos otros equipos - y contratar el inglés Ellison. La Kawasaki ha confirmado el japonés Nakano y quizás el australiano Stoner, hoy en 250: “Queremos ganar las primeras carreras en el 2006 y optar al título en el 2007”, explican, un poco optimistas, sus managers.
Suzuki confirma Hopkins y está en alta mar para el segundo piloto: adiós a Roberts (que podría dejar MotoGp), se piensa en Checa o en el talento americano Chris Vermeulen. Es un hombre Honda, relativamente joven: Honda quisiera ganar con él el título de SBK en el 2006, y luego ofrecerle una oportunidad en MotoGp en el 2007. Vermeulen sin embargo quiere pasar a MotoGp ya.
Hay team managers que, para evitar de perder los mecánicos, in en estos últimos viajes les han hecho volar en business class, pero la verdad es que el mundial, una vez pagados los 10 millones a Valentino Rossi, no tiene muchos más para los veinte pilotos que quedan. El sueldo aquí va entre los 1,5 y 3 millones para los siete-ocho top riders, para los demás se puede bajar hasta 400.000 euros. Los patrocinadores multinacionales, excepto las tabacaleras, alguna telefónica y una sola petrolera, non se han acercado todavía a un deporte percibido como peligroso y de gestión artesanal.