Bueno, pues ya estamos aquí.
Me repongo de la emoción de leer estas páginas y revivir la carrera, y empiezo con mi ladrillo…la verdad es que no sé por dónde empezar.
Lo primero de todo, agradeceros a todos los que os habéis ilusionado con este proyecto y nos habéis hecho sentir que este equipo no era de las 30 personas que estábamos en el box, sino de muchísima gente que durante todos estos meses nos ha empujado a intentar hacer un sueño realidad.
Pasear por el paddock, irse hasta la grada de la Caixa, mirar la grada principal desde el muro, y ver camisetas del DBT por todas partes te pone la carne de gallina.
Sois increíbles.
El sueño que perseguíamos no ha sido completado, y la verdad es que, para mí al ménos, no terminar la carrera ha sido un palo tremendo, y “perder” por el camino a Txomin, un castigo injusto e inmerecido para esta piña que ha sido el DBT, y especialmente para él, que se merecía tanto como el que más disfrutar al ménos de lo que disfrutaron los otros tres pilotos.
Porque terminar no terminamos. Pero los relevos en que la 1098S nos permitió rodar a gusto, el espectáculo fue tremendo.
Tras una semana perfecta, en que hemos ido pasando verificaciones y trámites sin ningún problema, llegan los entrenamientos.
Primero libres para ir cogiendo el truco al momento, y después los cronometrados para clasificarse en parrilla.
Los pilotos lo tienen claro. Están concentrados y confiados. Rodarán sólo hasta lograr un buen tiempo.
Hay que cuidar el motor para que dura, y no tiene sentido dar vueltas para nada.
Sale Koldo, y en tres o cuatro vueltas se hace un par de '58 y entra en boxes.
“¿Qué pasa? ¿Algún problema?” le rodeamos y le preguntamos por su entrada temprana en boxes.
“No. Ya está. '58. ¿para qué voy a seguir?”
Y así todos.
Passione marca 1’59 y para, Txomin 2’01 y Pipa 2’03 (o 2’02, no lo recuerdo).
Clasificamos con un tiempo de 2’00, media del mejor tiempo de los cuatro pilotos, en el puesto 49º, pero con muchos equipos en 2’00 de media.
La carrera va a ser divertida. Hay mucha gente rodando muy cerca.
En los entrenos nocturnos ya nos damos cuenta de que la noche nos va a favorecer. Nuestros pilotos no notan la diferencia entre la noche y el día, y sus cronos son los mismos que por la mañana, mientras que la mayoría de los demás equipos baja muchísimo el ritmo (excepto los pros, claro).
A dormir.
A todo esto, la juerga en el box y el buen rollo con los compañeros de Box no cesa. Esto es una fiesta en todos los sentidos.
Sigue llegando gente y me cuesta horrores contener a Los Malignos (nuestro equipo de mecánicos), que deben de tener un virus que les obliga a hacer el Mal contínuamente, y que están contagiando a Potronko…
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Ya tarde, pasada la media noche, nos damos cuenta de que una pieza en el colector está suelta y hay que repararla. Una vez más, el RED nos vuelve a sacar del apuro y se suelda el colector.
En la mañana del sábado van creciendo los nervios, pero no se pierde la compostura en ningún momento.
Aún nos queda verificar el sistema de repostaje, y trabajamos contra-reloj para terminarlo a tiempo. Y terminamos, por supuesto.
Queda el Pit-Walk y el Warm UP. En el Pit-Walk, nuestra 1098S se alza definitivamente con el premio a la más sucia del Paddock… :sad3: y a los Malignos les falta poco para abalanzarse sobre las chicas de las sombrillas…creo que Josito tiene alguna foto ::).
En el Warm Up llega la tragedia. Bandera Roja. Txomin estaba en pista y no llega…y no llega. Ducaro me aconseja que vaya al box 19 (comisarios) a preguntar, y me confirman que la moto 10 ha caído con otras cuatro, y que al piloto le han mandado a la enfermería.
Mando a Asier a la enfermería y me voy para la torre a preguntar. Traen la moto chorreando. Los Malignos ya están en el parque de chatarra (vaya nombre…) esperando y la llevamos a toda prisa para el box. Son las 13:30 y queda hora y cuarto para la formación de parrilla.
Abrimos el carenado y recibimos el primer mazazo del fin de semana. Un tornillo de biela ha salido por la parte delantera del cárter y ha dejado un agujero enorme. No podremos salir.
Javi (el jefe de mecánicos) se me acerca y me dice: “¿puedes pedirle a Pablo otro motor?” :o
A partir de aquí comienza la parte épica del fin de semana. Pablo Silván nos cede una moto de Desmotron, Passione y yo solicitamos por escrito al Director de Carrera que nos deje salir a la hora que terminemos de cambiar el motor, y lo más impresionante de toda la carrera, mecánicos (de los dos equipos, RED y DBT), pilotos, cronos, etc, se ponen a desmontar los dos motores para intercambiarlos.
Durante las siguientes 2 horas y media se produce algo que ya jamás olvidaré, por muchos años que viva.
Ver a Sepul, Pi-pa, Los Malignos, Marc, Josito, etc, etc, trabajando como auténticas máquinas alrededor de dos motos y conseguir que, a las 5 de la tarde, una moto que dos horas antes tenía el motor reventado, arranque, es, por sí sóla, una imagen que hace que merezca la pena todo lo que hemos pasado durante este año.
Vuelven a saltárseme las lágrimas. Por enésima vez. Y no será la última.
La salida a pista de Sepul a las 5 es uno de los momentos más emocionantes del fin de semana.
Rueda una vez más sin guardarse nada. Esto será una carrera de resistencia para los demás. Para él símplemente se trata de dar cada vuelta más rápida que la anterior y de pasar a todo aquél que le dificulte ese objetivo.
Los pilotos aprietan, la moto responde, y nos metemos en la carrera.
Evidentemente, si teníamos alguna esperanza de acabar en un buen puesto, se ha esfumado. Pero acabar después de lo que nos ha pasado, y poder dedicar el banderazo final a Txomin es lo único que tenemos en la cabeza.
Y de pronto, el segundo mazazo. En uno de los relevos entre Sepul y Passione, la moto no arranca. Otra vez caras largas. Otra vez enfados, desesperación, impotencia.
El motor de arranque dice que hasta que no baje la temperatura, nos tenemos que quedar en el box.
Los mecánicos desmontan el del motor roto (que no fallaba), pero está roto también. Así que deciden utilizar las piezas no tocadas de éste, y montárselas al del nuevo motor, que falla.
Después de más de una hora, sale Passione de nuevo a pista, y volvemos a recuperar la esperanza. Tenemos que acabar como sea.
Se suceden los relevos, y llega la noche. Y llega la parte más espectacular de la carrera. Ya relajados, sabiendo que conseguir un buen puesto es imposible, y terminar sólo depende de que el nuevo motor aguante, los pilotos disfrutan, y yo me tomo un respido para irme a la Caixa a ver cómo lo hacen desde la grada.
Impresionante Sepul, pasando motos sin contemplaciones, a un ritmo infernal, sólo eclipsado por las pasadas de los punteros, que verdaderamente son de otra galaxia (Silva y compañia, los Folch, Catalá, BQR, etc…). en las 6 o 7 vueltas que estoy en la grada, veo a Sepul quitarse gente de enmedio en la Caixa, subiendo hacia Sabadell, en la minirecta siguiente, en la rápida de derechas de después, saiendo de la curva de entrada a meta, acelerando, por velocidad…los pelos de punta.
Hubo vueltas en las que se quitó a dos y tres pilotos en esa sucesión de curvas, uno tras otro. Y no estamos hablando de una rodada en la tanda de lentos.
Cuando vuelvo al box miro los tiempos. Ha rodado constante en 1’59 (se ha quedado a 1 décima de bajar a 1’58). No hay más de 10 o 15 motos que hayan bajado de 2 min de noche en esos momentos.
Con razón parecía que iba rápido desde la grada.
Pipa impresiona también. Como él mismo me dijo más tarde, no tenía confianza en su forma, y el coco aún no le dejaba apretar, así que se propuso rodar en un ritmo en el que fuese cómodo, sin arriesgar.
Rodaba en 2’03 como un reloj. De la mitad de la tabla hacia abajo, sólo los punteros que habían caído y estaban remontando (Del Amor con la 999R de Floreal, por ejemplo) rodaban por debajo de los 2’03 de Pipa, y en la mitad alta de la tabla había más de un equipo que no rodaba a ese ritmo tampoco.
Passione también me dijo que no estaba muy confiado, y que no quiso apretar. Rodaba en 2’02-2’03, muy cómodo. De paseo, vamos.
Nuestro ritmo de noche era muy superior a los equipos que nos rodeaban en la clasificación de parrilla. Lástima llevar más de tres horas de desventaja.
En otro relevo entre Sepul y Passione, la moto vuelve a no arrancar. El motor de arranque vuelve a fallar, y Javi, el mecánico, nos dice que seguirá fallando, y que o nos retiramos, o cada vez que falle tendremos que esperar a que se enfríe la moto para que arranque. Passione le contesta que le da igual cuantas veces haya que esperar a que el motor se enfríe, pero que él no se retira, y que sí es necesario, él solito hará el resto de relevos hasta que pase bajo la vandera de cuadros.
Rodeamos la moto con ventiladores y ponemos a un par de personas con los tubos de aire comprimido enchufando al radiador.
Cuando se enfría la moto (media hora, una hora, no lo recuerdo…), Passione vuelve a salir a pista, se siguen sucediendo los relevos igual que hasta entonces, a muy buen ritmo, con Passione, Pipa y Sepul disfrutando y hartándose de pasar japos.
Pero a las 2 y media más o ménos se produce el tercer y definitivo mazazo.
Sepul entra en box, se baja de la moto y dice: “esta moto se ha muerto”
Efectivamente. Los mecas se ponen a buscar el problema. Viene también Francesc de Moto Expert, y certifican que el cigüeñal ha “petado”, y que esta vez no hay ya nada que hacer.
Tengo que comunicar nuestra retirada a la Dirección de Carrera y firmar el correspondiente parte.
Lo firmo y me despido de los comisarios con una sonrisa “hasta el año que viene”.
No estoy enfadado, ni decepcionado.
No hay nada más que pudieramos haber hecho para acabar esta carrera. No estuvo en nuestra mano hacerlo en ningún momento.
Nuestra 1098 no estuvo a la altura de este equipo a la hora de la verdad, a pesar de las alegrías y los momentos de diversión que nos ha regalado a lo largo de todos este proyecto, y a pesar de ser, mientras el motor aguanta, una bomba.
Con resignación, vuelvo al box, abrazo a unos cuantos del equipo, e intento disfrutar de lo que queda de esta carrera que me ha enamorado, pero ahora ya “desde fuera”.
La gente se va marchando a dormir.
Yo no puedo. Se mezcla todo lo que ha pasado con la fascinación que me produce el ver rodar a las motos por la noche, ver amanecer tras la grada principal…
Al final me voy al coche y duermo una hora y media, pero en seguida me llaman las ganas de estar en el box, animando al RED, o en la grada.
Durante estas horas, hasta las 3 de la tarde, disfruto como puedo, sin excesiva algarabía, de lo que por allí se puede ver y sentir.
Pero tras el banderazo final me derrumbo. Se me cae el mundo encima.
Gracias a todos los que inútilmente intentaron consolarme, y perdón por no haceros ningún caso.
Fue uno de los momentos más amargos que yo recuerde.
Por mi cabeza no dejaban de pasar todo lo vivido durante estos meses (casi un año), todas las ilusiones puestas en este proyecto, toda la gente conocida y desconocida que se ha volcado con nosotros, pero sobre todo, egoístamente, todas las ilusiones que me había hecho yo de llorar de alegría viendo a Txomin, Koldo, Lander o Jose pasando tras esa maldita bandera de cuadros.
No hay mucho más que añadir.
En su día me empeñé en sacar este proyecto adelante.
El año que viene estaremos ahí. Que nadie lo dude. Si es posible, con dos motos en vez de una.
Y harán falta de nuevo dos motores rotos para conseguir que ninguno de nuestros pilotos cruce bajo esa puta bandera.
Gracias de nuevo a TODOS.
Vssssssssssssss