Aprovecho el hilo para hacer una pregunta, ¿Qué alternativas tenemos en Valencia ahora mismo? Y cuando hablo de alternativas deseo excluir a MotoCorse (o Ducati Valencia).
Para los que no tenemos la moto en garantia y no nos hace falta que sea taller oficial Ducati tenemos tambien Motos Vicente Ferrer. En el puente de campanar. Allí está de jefe de taller el que estaba de jefe de mecanicos de Ducati en Maquina Motors y luego más tarde lo fichó Ducati Valencia. Un gran entendido de mecánica desmodrómica
El problema no es tanto lo que ganas, como el mantener un equilibrio entre gastos y beneficios. Muchas veces se realizan unos montajes espectaculares y eso hay que mantenerlo, una tienda de 200m2 sin ventas es una ruina, la misma tienda con muchas ventas puede ofrecer precios interesantes.
En los concesionarios muchas veces el problema de precios altos nace de unos gastos exagerados, no de unos beneficios altos, otras de juntar las dos cosas.
Yo estuve la semana pasada y me comentaron que cerrarían cuando liquidasen la tienda. Si alguno necesita algo de ropa, lo tienen todo al 50%.
Tenian más de 20 chaquetas Dainese de 400 a 500€ que se quedaban en 200-250€
Muchisimas camisetas de algodón y luego como una docena de cascos que no llegué a fijarme en detalle.
El problema, Andrés, es que a veces si no haces un montaje espectacular no te comes un colín. Está claro que en el garage de casa haciendo tres revisiones por semana quizás te alcanza para pagar las lentejas. Pero cuando tienes ambición y quieres volcarte con un proyecto mayor, quieres llegar a más gente, tienes que jugarte mucho más que en un garage escondido.
El problema se ve agravado aún más cuando trabajas con marcas que venden exclusividad, cuyos clientes quieren ver el reflejo de lo que compran en el lugar donde acuden.
No conozco a la gente de Dragster pero eso no impide que en éste momento me invada un sentimiento de gran tristeza. Es un momento económico terrible, mucho más para la gente que apuesta por el trabajo.
No es solamente el cierre de una tienda.
Alguna vez un jefe mío dedicaba unas palabras de despedida a un compañero que se marchaba buscando nuevos horizontes. A él le decía que los ladrillos de la empresa llevaban grabado su nombre. No exageraba. Muchas empresas han crecido en la pasada época de bonanza, siempre apoyadas en el buen hacer de los trabajadores.
Leo en la web de Dragster que existen desde 1987. Imagino las miles de historias que se habrán tejido en éstos años. Las alegrías, los sinsabores.
Les deseo a los compañeros de Dragster la mejor de las suertes en ésta nueva etapa de su vida. Quizás muchos tengan que desenvolverse en un ámbito donde no puedan trabajar con tanto cariño y devoción.
A los que (como tú, Andrés o como yo), nos hemos lanzado a la mar en medio de esta tormenta, no nos queda más remedio que seguir remando, intentando que la ola no nos tape.