La de hoy ha sido una tarde perfecta… Una excelente comida con un par de no menos excelentes amigos; un poco de vino (poco) y un mucho de charla (mucho), ¿la temática? aunque con alguna variante, sólo ha girado en torno a un punto, evidentemente: MOTOS:
MOTO GP:
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Que si este año Rossi arrasará o no, que si quizás, Pedrosa le dará algún susto a lo largo de la temporada…
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Que cómo van las Ducati en entrenos,… nos tememos que los Bridgestone en carrera no vayan igual de bien…
SBK:
Que Bayliss ha vuelto a casa, ¡y de qué manera lo ha hecho!. En la batalla desigual de SBK, este año todo apunta a que David-Ducati va a poder con Goliat-japos… Alguno opina que el campeón no llevará una Ducati…
CALLE:
Que una 999 no necesita los 160 CV de las últimas 1000 tetras (aunque no le vendrían mal ), que el bicilíndrico es una maravilla, que la entrega de potencia… que la motricidad… que el “Desmo”… Alguien dice que contra un 4L no hay nada que hacer… Etc., etc…
Y como postre, nada mejor que disfrutar, además de la compañía de otros tres amigos que se suman, de un espléndido sol y de los 18 bienvenidos grados que hay en el exterior del restaurante, poniendo motores en marcha y hacernos una ruta que tenemos casi a la puerta de casa, a la cual llamamos representativamente: “EL TRAMO”.
Los de Madrid tenéis la Cruz verde, los barceloneses, la Arrabassada, los italianos del norte, el Stelvio, Nicky Hayden, Laguna Seca,… y nosotros, “El tramo”…
Sopla una ligera brisa, el paisaje está más que precioso, las curvas se suceden a buen ritmo, una VFR 400 R se porta bien; una ZX-6R se mueve más de la cuenta, pero no se descuelga; cómo brama el termignoni cuando la 999 que lo porta sale disparada de las curvas!; una SS pide más curvas cuando llegan las rectas; una R1 intenta asustar a quien se cruza con ella con esa mirada amenazante, y una 996 baila por el asfalto curva tras curva mientras sigue los pasos que éste le marca, a la vez que la aguja de su cuenta revoluciones se mueve entre las cifras “1” y “6”…
No sé cómo bajo los cascos las caras reflejaban el momento, pero, la mía lo hace por medio de una enorme sonrisa…
Ella también está contenta, lo noto… mientras le invito a seguir esa línea imaginaria en forma de trazada ideal, disfruto extasiado con su respuesta: ese maravilloso ronroneo…
Tenía que contarlo…